lunes, 8 de junio de 2015

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante." Oscar Wilde.
Los seres humanos, todos sin excepción, nacemos con un contador interno. Siempre tratando esto desde el punto más metafórico y sencillo de vista. Este dice cuanto nos queda de vida, podrían ser años, meses, horas, minutos o apenas segundos. Y aun con todo, nosotros nunca podríamos saberlo a ciencia cierta.
Pero nada más lejos de la realidad, algo tan conveniente como un contador no existe en nuestro interior. Solo vísceras y sangre. Y como nos es imposible conocer el momento en que todo va a desaparecer, simplemente derrochamos nuestro tiempo. La gente malgasta ese tiempo como si fuera infinito, y cuando notan que la hora se acerca quieren más.
Quieren días con más horas, horas con más minutos...
Al final, solo ansían vidas con más años, porque así podrían enmendar todos los errores cometidos a lo largo de sus vidas, o eso creen.
¿Realmente alguien que lleva 80 años viviendo la misma rutina, la misma vida sin intención si quiera de realmente vivirla y no solo verla pasar, se merece tal derecho?
Solo deseamos alargar lo inevitable. Queremos evitar nuestro último aliento. Porque no sabemos que nos deparara después: si un dios, un demonio, la nada... al fin y al cabo lo único que tenemos claro es que somos materia.
La gran mayoría de la gente solo deja pasar la vida a través de ellos mismos y algunos de ellos llegan a sentirse vivos en un instante, aunque sea por un momento. Y en muchos de los casos es demasiado tarde cuando se dan cuenta de lo que realmente es vivir. En ese momento, esas personas pueden ver cuánto tiempo han dejado escapar siendo al fin capaces de ver como el futuro es incierto y que esa podría ser la última vez que sienten tal sentimiento.
Por eso, si no sacamos el máximo partido a un momento dado, entonces... no nos merecemos ni un solo segundo de más...
Si solo nos preguntamos si nuestra existencia es relevante para el universo o si tememos por lo que viene cuando la cuenta atrás llegue a 0, entonces realmente nunca vas a podes apreciar el momento en el que vives. No vas a poder ver que tú, ahora mismo estas vivo, respirando y agotando segundo a segundo tu tiempo y nunca más vas a recuperarlos.
No se te va a conceder más tiempo cuando tu hora llegue, no se te va a dar un trato especial como si tú como individuo fueras diferente en este aspecto a los demás. Da igual cuánto dinero hayas obtenido en vida, tampoco cuantas hazañas que contar tengas, todo desaparecerá al final. Y no solo tú, el mundo por el que caminas, vives y conoces otras personas cada día eventualmente sufrirá el mismo destino que tu. Todo se va y el ciclo se repite.
Por eso es que, tú, como individuo homogéneo no debes permitir que ataduras sociales te obliguen a desperdiciar tu tiempo, toma toda oportunidad que tengas y vive los segundos teniendo en cuenta que podrían ser los últimos. 

1 comentario:

  1. La redacción está bien, profunda, sensible, Eva, todo lo que uno espera encontrar de un texto redactado por ti. Ahora bien, tienes que ser pulcra con la expresión escrita: con la segmentación en párrafos, que tienen que ser divididos en consonancia con el contenido, con las faltas de ortografía (llegas a escribir "si quiera" en lugar de "siquiera")... Está bastante bien, insisto, pero una persona que quiere acabar siendo escritora, como tú, tiene que pulir estos aspectos cuanto antes. No obstante, buen trabajo.

    ResponderEliminar